Diseño
Por fuera es un 106, pero con algunos retoques específicos, como los aletines sobre las ruedas y paragolpes específicos. No contaba con el mismo kit de carrocería de los XSi/GTi de la época, que tenían un look más cuidado. Las llantas de chapa pintadas de blanco maximizaban la idea de coche de base para preparaciones, sin incurrir en peso excesivo, y reduciendo la masa no suspendida. Sólo se vendía en blanco, rojo, negro y azul (el azul no estaba disponible en la primera fase, y el rojo no lo estaba en la segunda). El habitáculo es totalmente básico: Los plásticos son duros, y faltan muchos guarnecidos con respecto a otros 106 más cuidados. Aquí se ve chapa, se busca para aligerar peso. El cuadro de relojes cuenta con temperatura del aceite, algo que pocos vehículos llevan de origen. Los asientos delanteros, con tapicería característica para el modelo, van bastante juntos, pero hay espacio sin problemas para dos adultos.
Técnica
El 106 usa una evolución del bastidor del AX de Citroën. La idea era crear un modelo de acceso a Peugeot por debajo del exitoso 205, sin sustituirlo de manera directa, ofreciendo una especie de "anti-Clio".
El monocasco es muy sencillo, con McPherson delante y brazos tirados unidos por barras de torsión en el eje posterior. En este Rally, la dirección asistida se ofrecia como opción. Peso ligero (de 840 a 899 kilos para la primera fase), el 106 Rally no era capaz de competir en línea recta con el GTi, pero eso lo compensaba con su comportamiento. El Rally optaba por estabilizadoras más gruesas en ambos ejes respecto al citado GTi, con la delantera articulada en rótulas.
A la postre nacería el 206, tras ver que el 106 no terminaba de captar al típico cliente de la marca, lo que cambiaría el enfoque del pequeño Peugeot.
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